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Toros

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Sat Nam

La verdad es que nunca me interesó el mundo de las corridas de toros. Lo veía tan, tan lejano a mi que ni siquiera me había puesto a opinar ni a perder un sólo segundo de mi vida pensando en esto. Además, asocio mucho los toreros con el mundo del corazón, que es otro mundo que también lo siento lejano a mi.

Pero el caso es que el domingo pasado, en mi pueblo hicieron una corrida de toros, con un torero famoso que sin éxito alguno(menos mal) intentó cantar una vez, hace ya un tiempo, y con dos toreros más uno incluso es de mi pueblo (noticia para mí también nueva). Y bueno, como no creo en las casualidades, quiero compartir los tres momentos en los que este lejano mundo y yo nos hemos cruzado este fin de semana, aunque se que esto no tiene que ver nada con Yoga:

El viernes por la tarde, pasé por la plaza de toros porque me pilló de paso para llegar a mi casa y vi que había mucha gente mirando hacia cierto punto. Lo que ocurría era que estaban llevando a los pobres toros a sus cuadras, o como se llame el sitio en donde los alojaron, antes de sus muertes seguras que ocurrirían 2 días después.

El sábado, "casualmente" también, fuimos a ver un familiar y resulta que desde su balcón se veían a los animales, tranquilos y en su hotel 4 estrellas, comiendo y bebiendo. Me quedé mirándolos y sentí una gran lástima por ellos. Iban a morir al día siguiente, después de ser picados y pinchados durante un rato y con toda una plaza de toros gritando y deseando que así fuera. Toda esa energía terrible sentiría el animal antes de morir. No estoy propiamente en contra de las corridas de toros, sólo de que el pobre animal muera de esa forma y que esa energía de muy bajo astral divierta a seres humanos. Yo no como carne por no participar de ninguna manera en la muerte por obligación de los animales y claro, entender todo lo que iba a suceder al día siguiente la verdad es que no me gustó nada.

Pero es que al día siguiente, salimos a pasear 4 personas y recorrimos medio pueblo caminando, charlando y disfrutando de la compañía agradable en un buen paseo con el clima templado que ya ha empezado a hacer por aqui. Y bueno, tal vez lo pudimos haber evitado, pero "casualmente" también, pasamos por la plaza de toros una tercera vez. Ahora ya era de noche (sobre las 22:00) y no había nadie, sólo silencio. A dos de nosotros les empezó a doler la cabeza al pasar por allí y a mi me dió un fuerte mareo. A la tercera persona no le ocurrió nada, porque como está embarazada, su aura es muy fuerte y muy pocas cosas le afectan. Me alegré por ella.

La energía era muy densa y había mucha, allí atrincherada. Yo era incapaz de hacer nada con ella. Era mucha para mí, así que nos fuimos de allí lo más rápido posible.

Efectivamente, dos calles más arriba todo volvió a la normalidad y ya nos encontramos todos bien.

Cuento todo esto simplemente por si a alguien le puede servir para ser consciente de las cosas que hacemos, vemos, hablamos o sentimos a diario. Lo afín se atrae e incluso si tú vas a este tipo de eventos, deberías protegerte, porque todo eso se queda impregnado en la persona, su aura y todo su cuerpo durante un par de días al menos.

Y lo siento por la gente que disfrute viendo los toros, pero a raiz de esto, no lo puedo comprender y lo veo totalmente injusto para los pobres animales. Para mí es una barbarie lo que se hace, pero por otro lado no veo que la solución sea prohibir nada. Son manifestaciones de una cultura, que considero repugnante, pero cultura a fin y al cabo y prohibirlo sería contraproducente y otra barbaridad, así que dejemos que las cosas caigan por su propio peso y sigan su camino y que el karma se encargue de equilibrarlo todo, como siempre.

 

Un saludo y sed felices.

 

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