Dos amigas
Hoy estaba en un sitio público, de esos en los cuales tienes que esperar un buen rato antes de poder marcharte y habían dos mujeres bastante jóvenes destrás de mí. Una de ellas tenía el gesto jovial y estaba explicando algo a la otra mujer que, con todos mis respetos y siendo lo más suave posible, sólo diré que Chuck Norris suele tener más expresiones amables en su muy conocida serie "Rangers de Texas".
Todos sabemos que en España la discrección es una cualidad escasa y claro, estas dos chicas no iban a ser menos y al pasar si llega un minuto, yo ya seguía la conversación cada vez con más interés.
La chica jovial no hacía más que hablarle a la otra sobre sus últimas vacaciones (de Semana Santa, supongo) y lo que vió y lo bien que lo pasó y las muchas cosas que les ocurrieron y tal. Me gustaba su tono de voz, porque, creo, era sincero y lo expresaba todo con la emoción que da un recuerdo agradable, pero la otra chica (que todavía no hacía ningún tipo cambio de expresión facial) no hacía más que interrumpirla, poniéndole pegas a todo, diciendo que no era el momento más indicado para ir a dicho sitio (lo siento, no he podido enterarme del sitio), que para ir allí, ella prefería hacer viajes más caros (si, si, caros), que era mejor en viaje organizado y bueno, que se yo, un sin fin de "peros y contras" que desde luego a cualquiera le habrían hecho desear retroceder en el tiempo y jamás acudir a ese viaje.
Lo más sorprendente era la otra chica, ella seguía con su sonrisa, contando más y más cosas de dicho viaje y le daba igual que a cada poco le interrumpiese su "amiga" con todos los defectos que se le pueden sacar a un viaje en el cual no has estado.
Me quedé con ganas de invitar a la chica jovial a tomar algo y que me contara ella el viaje sin interrupciones y hacer ese viaje alguna vez, porque a mi me pareció interesante y eso que no se dónde se fue. Lo siento, pero a la otra chica jamás le invitaría a algo. Tal vez sea prejuzgar y es muy posible que me equivoque, pero me atrevería a decir que había, como poco, envidia en las palabras de la segunda chica.
Pensándolo mejor sí invitaría a la otra chica, pero no a tomar algo, sino a viajar más, porque a mi entender a viajado poco y mal. Y una vez se de cuenta de que en cada viaje puedes aprender algo, de que en cada viaje ocurren cosas que te hacen ser un poco más sabio si sabes observar y sobre todo de que tu viaje no tiene porqué ser el más caro del mundo, tal vez después de todo eso, la invitaría a que empezase a trabajar con su ego y que comenzara a escuchar a los demás y a no pensar que todo lo que sale de su boca es una verdad absoluta.
Y si ya consigo todo eso, entonces tal vez sí la invitaría a tomar algo.
Sat Nam
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2 comentarios
Antonio -
Tú dices de ir cada uno por una acera, no hay que discriminar a nadie por ello pero la verdad es que hay de esas personas que intentas hablar con ellas, intentas advertir de algún comportamiento poco amable y te llevas un reproche de aquí te espero. Así que a ver qué haces.
SALUDOS A TODOS.
Raúl -
Yo creo que en mi pueblo lo que le pasa a la segunda chica es que está "amargá". Y lo realmente malo de eso no es que ella esté amargada sino que quiere que los demás esten como ella y si no lo consigue pues se amarga aun más...y así hasta el infinito y más allá...
Por muchos viajes caros, coches caros, casas caras, cenas caras, etc, etc, nunca va a encontrar lo que realmente le llene.
Y otra opción sin querer caer en la ordinariedad es la que de normal utiliza House en su serie... es decir, poca vida sexual, jejeje.. (me ha quedado bonito, no crees).
Lo importante es no dejarnos afectar por este tipo de personas, ellas por una cera y el resto al que le gusta vivir por otra, creo que es lo mejor..
Un saludo y un buen fin de semana.