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Tantra Blanco 2010

Tantra Blanco 2010

Sat Nam.

Voy a contar como ha sido la experiencia, con detalles, de este fin de semana pasado, que fuimos a hacer el Tantra Blanco en Madrid. Al contrario que los cuatro anteriores tantras que yo había hecho, este lo he hecho con mi pareja y por ello todo ha sido distinto. He puesto en negrita lo más esencial de este artículo, porque como es largo, tal vez no tengas tiempo para leerlo todo y así podrás ir al grano sin perderte la esencia del mismo.

El viernes por la mañana, Poli, Yaiza, Javi y María, vinieron a por nosotros y salimos tranquilos a Madrid para alojarnos en un hotel cerca de donde se celebraba el Tantra. Esta es otra cosa distinta, pues excepto el primer Tantra que hice en Barcelona, en el año 2004, siempre había ido corriendo, el mismo día y vuelto después de acabarlo, comiéndome las horas que hay de carretera. Obviamente, esto mejoró el estado al que nos "enfrentamos" al pre-tantra, que fue dirigido por Prem Kaur y fue muy bonito. Hicimos alguna meditación, bailamos y jugamos un poco todos y la verdad es que lo pasamos genial. Cada vez que vuelvo a un Tantra, se ve en el pre-tantra a la gente asustada y a mi me hace hasta gracia, porque me acuerdo de mi primer Tantra, que también estaba asustado y luego fue muy amoroso y lo disfruté muchísimo.

Una vez en el hotel y después de una duchita, nos fuimos para el sitio en donde se hacía el Tantra. Allí fue genial volver a ver a toda la gente yóguica de Madrid que desde octubre (concierto de Snatam Kaur), no les había vuelto a ver. Lakmi Chan, Kani, Ivan, Diego, Lorena, Sat Nam y por su puesto a Sarabjit (Devta no cuenta, porque estuvimos con él en el curso de numerología en Elda). Lástima que Ricardo no puedese acudir al Tantra por un problema en la rodilla. Me quedé con ganas de verle. También estaban allí Mª José y Antonio, los dos de Novelda, que habían ido en avión y se unieron a nosotros, con lo cual ya nos enriquecimos un poco más. Lo pasamos muy bien. También vimos a Juan Pedro que siempre aparece, cuando menos lo esperas, ja, ja.

Al acabar el Pre-tantra se hizo tarde y buscamos algo cerca del hotel en donde poder comer y que pudiese comer yo, que soy vegetariano. Lo único que encontramos, preguntando, era una terrible cadena de pizzas, muy famosa y que te llevan la pizza a domicilio y que su secreto dicen ellos que está en la masa. Yo celebré que en la carta tuviesen, además de las (para mí) terribles pizzas, pasta de cuatro quesos, que me aseguró la chica de la caja que no llevaba carne y pedí eso. Como habrás podido imaginar, astuto lector, la pasta sí que llevaba trozos de carne. Enseñándole los trozos de carne a la cajera le pregunté que si eso era carne. Ella llamó al jefe del local que muy amablemente me dijo que no, que los trozos marrones (que olían a carne y sabían a carne) sólo eran queso. Obviamente sí era carne. Poli la provó y lo confirmó. De ternera, además. Afortunadamente, alguno me dió un trozo de su pizza y cené, al final, pizza terrible, pero bueno, era mejor que nada.

Nos fuimos a intentar dormir al hotel y su habitación con olor a tabaco y nos tocó algún vecino, que no sabíamos donde estaba, que se pasó hasta las 5:30 de la mañana con la televisión puesta muy alta y yo dormí 4 horas y mi pareja absolutamente nada. Imaginaros el panorama que se nos presentaba para el Tantra, al día siguiente. Yo solo quería que fuese un Tantra fácil físicamente, para que, sobre todo ella pudiese aguantar, porque claro, estaba muy, muy cansada.

Tengo que decir que este año el Tantra estuvo muy bien organizado. Enhorabuena a los organizadores de Madrid, porque realmente esta vez se lo han trabajado como es debido.

Ya en el sitio, vimos a Ramjeet Kaur, a Nieves, a Mª Jesús y a Bojana. ¡Fuimos un montón desde nuestra zona!.

Luego el Tantra resultó ser bastante fácil físicamente, pero fue, para todos nosotros, duro a nivel mental y emocional. A alguno se le escapó una lágrima en el ejercicio de sostener las manos del compañero y no era de la emoción, era de lo duro que estaba siendo. Fue una gran prueba. Además, a nivel particular diré que al hacerlo con tu pareja, es distinto. Por un lado es mucho más bonito y se conecta a niveles muy distintos del día a día, pues el ser espiritual que llevamos dentro aflora practicando Tantra Blanco, pero por otro lado, al haber confianza plena en el otro, es más dificil concentrarse y realizarlo como hice anteriormente, con la mente más centrada. Tiene su lado bueno y su lado malo, como todo en la vida, aunque para mí tiene más de bueno. Como he dicho infinitas veces, hablar del momento de hacer el Tantra no tiene mucho sentido, porque no se puede explicar con palabras.

Por la noche fuimos a cenar a un extraordinario restaurante buffet vegetariano de comida orgánica, llamado Viva la Vida, en el cual disfrutamos de una comida buenísima, sabrosa y saludable. Además, llegaron Devta and friends y Devta se sentó con nosotros un buen rato, haciéndonos todavía más agradable la estancia en aquel bonito lugar. Nos reímos mucho con Javi y Sandokan, qué buen rato.

Al día siguiente, lamentamos mucho no poder desayunar ni comer con Sarabjit y Devta, que nos pidieron que lo hiciéramos, porque estábamos realmente cansados todos y además, nos esperaba un viaje de vuelta de 4 horas, que no es que sea mucho, pero debíamos descansar para estar frescos.

Lo realmente bueno del Tantra, es el duradero efecto que sigue haciéndo después de vivirlo, durante 40 días. Ahora, las sensaciones externas son distintas a lo habitual. No percibo la realidad igual y capto antes las energías e intenciones de la gente antes. Es como ser aún más consciente de lo que ocurre alrededor tuyo, incluso lejos de tí a la gente con la que estás conectada energéticamente. Parece que todo está más claro, tus ideas y tus intenciones, así como las de los demás. Es como si las dudas se disiparan y todo estuviese más claro ahora para mí. Al menos así lo estoy sintiendo yo de momento.

Antonio lo describe así y creo que bastante acertadamente:

Espero que la experiencia esté reposando con la calma que requiere. A mi, por mi parte, esta mañana me chirriaba todo un poco, me molestaban especialmente las prisas y los enfados ajenos (a mí que me dejen en paz!). A media tarde, parece que he encontrado un equilibrio entre el silencio que me salía por las orejas y el ruido que se empeñaba en entrar. Ahora me llegan las energías para terminar de preparar una sesión para mañana(...)

Ramjeet le tocó con un principiante, lo cual está genial, porque te hace desarrollar la compasión:

Yo tuve que estar con un principiante, QUE NO HACÍA YOGA!!, así que me pasé todo el tantra animandolo, consolándolo y diciéndole cómo debía poner los brazos para no morir en el intento.
Así, que mi Tantra, a excepción de la última meditación con el MOOL MANTRA, no fué mucho Tantra.

Y por último una gran experiencia de una compañera con la que he hecho ya dos tantras (este no) y que además es alumna, amiga y casi familia.:

Realmente no sé si el tantra inicia el cambio o ayuda a fomentarlo. Cada tantra ha sido diferente pero indiscutiblemente lo que he sentido con él ha dejado huella. He sentido muchas cosas pero por encima de todas ellas siempre hay una que sobresale. Es un sentimiento tan puro e intenso que me marca el resto del año. Es muy difícil explicar lo que ocurre en un tantra, pero es como si durante unas horas pudieras desaparecer junto con un montón de personas y dedicar ese tiempo a ser feliz. Te sientes rodeada de luz por todos los sitios. Miras a los ojos de tu compañero y no deseas estar en otro sitio.

1 comentario

José Ramón -

Hola Rafa. Acabo de leer tu experiencia personal en el Tantra y la verdad que el relato no se me ha hecho largo ni nada por el estilo; más bien al contrario, por unos segundos me he imaginado en esa sala notando y captando la paz y energías allí generadas. A ver si al año que viene me animo a vivir esa experiencia, que sin lugar a dudas no me dejará indiferente, como tampoco me ha dejado indiferente la práctica del Kundalini Yoga desde el primer día.

Sat Nam.